El paraje monovero de El Fondo-Pla del Manya lleva desde principios de este siglo siendo objeto de especulaciones. Todas ellas en forma de “destrucción”, que con la excusa del interés general, solo pretende esquilmar y borrar este espacio tan emblemático del término municipal monovero.
Todo empezó con un embalse, que para más inri, sus promotores, llamaron Embalse Azorín. Se trataba de una infraestructura del Plan Hidrológico Nacional, proyectado por el gobierno de José María Aznar, para almacenar el agua que llegaría de Ebro.
Corría el año 2003, los vecinos de la zona, en particular, y los monoveros, en general, mostraron su repulsa a esta construcción. El proyecto no salió adelante y las aguas del Ebro nunca llegaron a su pretendido destino.
Unos años después nos invadió la fiebre-boom del ladrillo. Los proyectos de PAIs llegaron en tropel a Monóvar. Una docena de iniciativas volvieron a pregonar el interés general para llevar a cabo esta nueva depredación sobre el territorio monovero. De nuevo el paraje de El Fondo era objeto de deseo de los especuladores. El PAI de Los Mayorazgos vendría a proyectarse en los mismos terrenos donde se pretendía construir el embalse.
Todas las iniciativas de PAIs sembrarían casi 14.000 viviendas, ocupando más de 8 millones de metros cuadrados del término municipal. La crisis económica altero las ansias dinerarias de los especuladores. A pesar de ello de los 12 proyectos solamente dos se iniciaron y a día de hoy todavía no han concluido.
Y llegamos a 2023. De nuevo otra fiebre especulativa se ha apoderado de grandes corporaciones, empresarios y fondos de inversión, para desarrollar nuestra transición energética, en forma de macroplantas fotovoltaicas.
El Fondo-Pla del Manya vuelve a estar amenazado. Los promotores vuelven a intentar cambiar su paisaje de viñedos, por el “cultivo solar”, pasando de tierras agrícolas a tierras industriales, mientras las tres administraciones públicas (la central, la autonómica y la local) no se ponen de acuerdo a la hora de regular y autorizar, con condiciones, estas infraestructuras que marcaran el futuro de muchas generaciones.
Por lo pronto, cuatro de estos proyectos ya han dado primeros pasos para convertirse en realidad y “sembrar” 729 hectáreas, es decir 7.290.000 metros cuadrados, del término municipal de Monóvar con 676.786 paneles fotovoltaicos.