El Grupo Naturalista Heliaca ha alertado del peligro que significa la desaparición de lo nidos de aves como el vencejo, la golondrina blanca y el avión común, de ahí que hace un llamamiento a la ciudadanía y a los poderes públicos para generar una mayor concienciación ambiental.
Los ecologistas monoveros han realizado estudios, con la participación de voluntarios medioambientales, sobre los nidos del avión común, las golondrinas blancas y los vencejos, en el casco urbano de Monóvar y en las pedanías de las Casas del Señor y Xinorlet.
Estos estudios, sobre los nidos que se construyen con barro en las fachadas, balcones y tejados por unas aves que comparten muchas caracteristicas, han determinado que “estos pajaros insectivoros son capaces de capturar hasta 800 insectos al día, utilizan las casas y edficios para construir sus nidos, formando colonias. Son pajaros migratorios y vuelven todos los años a criar en los mismo lugares, despues de volar miles de kilometros. Se trata pues de unas aves muy vulnerables, si se alteran sus lugares de cria”.
Los resultados obtenidos de la investigación demuestran que “en el casco urbano de Monóvar se han observado 631 nidos o restos de nidos, de los cuales 134 (21%) estan parcialmente o totalmente destruidos; mientras en las pedanías se han contabilizado 25 nidos en Xinorlet, de ellos 13 destruidos, y 96 en las Casas del Señor. El total de nidos observados en este estudio han sido 752, de los cuales 147 (20%) están destruidos”.
La golondrina en Monóvar
Por lo que se refiere a la evolución poblacional de la golondrina blanca en el núcleo urbano de Monóvar, el Grupo Heliaca ha realizado una comparación con los datos recogidos en 1988 por el Taller de Ecología del Centro Freire.
Según esta comparativa hace 34 años se contabilizaron 350 nidos de los cuales 139 se encontraban en la cupula de la Iglesia San Juan Bautista, que posteriormente fueron destruidos por los trabajos de rehabilitación. Actualmente el número de nidos se situa en 497, aumentando la población en unas 150 parejas.
Como dato curioso Heliaca apunta que “la golondrina blanca es una especie que forma parte del ecosistema urbano. Cada pareja puede capturar unos 1.500 insectores voladores en un día. En la actualidad en Monóvar hay sobre 500 parejas, lo que se traduce en una captura de 750.000 insectos diarios. Si tenemos en cuenta que estas aves viven con nosotros unos seis meses la cantidad de insectos que capturan se eleva a 130 millones”.
El mayor peligro
Las personas se han convertido en su mayor amenaza para sus existencia, según los ecologistas, ya que “destruyen sus nidos de manera intencionada para evitar la suciedad que implica su presencia. También rompen sus nidos en obras de edificios, como ya ocurrió en la rehabilitación de la cípula de la Iglesia y del tejado del Ayuntamiento y de las recientes en un edificio de Elda y en el antiguo Convento de los Capuchinos de Monóvar”.
Heliaca, por último, recuerda que “destruir estos nidos es ilegal y requiere de una autorización administrativa especial al tratarse de especies protegidas”.