Después de varias temporadas en la oscuridad, los stilettos finalmente han vuelto a ser tendencia. Durante meses, los diseñadores han trasteado con zapatillas de deporte, sandalias planas y el ocasional tacón medio. Pero por improbable que parezca, el péndulo de la moda se ha inclinado tanto hacia un extremo que está volviendo con toda su fuerza. Esta vez, el stiletto es más alto y tiene más tacón que nunca.
Para aquellas y aquellos que aún no sean conocedores de lo que realmente es un stiletto, no se trata de un tipo de zapato en sí mismo en realidad. Stiletto hace referencia al tipo de tacón, de modo que cualquier zapato con un tacón muy delgado de altura superior a diez centímetros es un stiletto.
Así que partiendo de esta base, hay stilettos de mil y una formas y colores. Sofisticados, clásicos, modernos o atrevidos. No en vano, durante largo tiempo se dijo que “cualquier mujer tiene en su armario unos zapatos stilettos para cada ocasión”.
Pero si hay algo común a todas las variantes de los zapatos de tacón más populares del mundo es sin duda alguna el atractivo que ofrecen a cualquier mujer. Parecer más alta, más delgada y derrochar sensualidad con cada paso es fácil con estos zapatos, por lo que era una mera cuestión de tiempo que los stilettos volvieran a estar en la cima de las tendencias.
Aunque haya llovido mucho desde entonces, fueron los aristócratas venecianos del Renacimiento quienes popularizaron el uso del tacón alto. Estos zapatos por ese entonces se denominaban chapines, y su plataforma llegaba a medir hasta cincuenta centímetros en los modelos más atrevidos.
No obstante, la razón detrás de esta sorprendente altura no es por mero capricho. En ese entonces, las calles y carreteras estaban plagadas de suciedad y deshechos, de modo que las personas cuyo estatus social era más alto sentían la necesidad de elevar su altura para mantener su ropa limpia.
Los zapatos han evolucionado profundamente desde entonces, hasta que los tacones de aguja tocaron la cima allá por los años cincuenta del siglo pasado. Y del mismo modo, también ha cambiado el simbolismo asociado a los tacones altos. Hoy, lejos de ser vistos como un símbolo de poder y riqueza son entendidos como uno de elegancia y feminidad.
Fue Dior quien en el año 1940 lanzó al mercado el primer stiletto tal y como hoy lo conocemos. No obstante, debido a que las mujeres no estaban acostumbradas a llevar tacones tan altos por ese entonces, los tacones de aguja más populares del mundo actualmente no se comercializaron hasta años más tarde.
Sin duda resulta también interesante saber que Luis XIV compartió esta pasión por los tacones altos en su época, aunque en realidad, puede que fuera debido a que resultaron el método perfecto para compensar su baja estatura. Y el hecho de que promulgase un edicto según el cual sólo los miembros que pertenecían a su corte estaban autorizados a llevar tacones rojos sin duda refuerza ese argumento.
Hoy, por suerte gracias a que la evolución no sólo ha sido en las tan efímeras tendencias del mundo de la moda, los zapatos de tacón alto como los stilettos se elaboran atendiendo como máxima a proporcionar la mayor comodidad posible. Porque si hay una desventaja que cualquier mujer conoce con respecto a llevar stilettos, es el dolor que pueden acumular en sus pies después de llevarlos durante algunas horas.
En este sentido, distintas marcas de reconocido prestigio han desarrollado diferentes formas de proporcionar comodidad al pie a pesar de la altura de estos tacones. Y aunque no se ha descubierto aún una forma de evitar por completo este tipo de inconvenientes, sí están lanzándose al mercado modelos que incorporan plantillas especiales destinadas a atenuar las consecuencias de llevar tacones altos.
Los stilettos han estado presentes en el armario de grandes personalidades desde hace varios siglos, aunque de forma intermitente. Raro es en el mundo de la moda que una tendencia se mantenga en la cima durante varios años, pero sí puede afirmarse que, cuando se trata de tacones altos, cualquier mujer siempre tiene un par de stilettos con los que deslumbrar cuando la ocasión lo merezca.